viernes, 3 de junio de 2016

Hijos del Cerro en la filatelia cubana: Rubén Martínez Villena


Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro

No siempre es necesario nacer en una localidad para, posteriormente, ser considerado hijo o hija de la misma. Y eso depende fundamentalmente del aporte que la persona hace para esa localidad. Ese es el caso de Rubén Martínez Villena (20 de diciembre 1899- 16 de enero 1934) con el Cerro.


Aunque nacido en Alquízar, entonces el interior de la provincia de La Habana, con sólo cuatro años de edad vino con su familia a vivir a la calle Falgueras, entre La Rosa y Lombillo, en el Cerro. Su padre era maestro de escuela y como tal cumplió varias responsabilidades en diferentes barrios de la capital cubana, siendo nombrado en 1909 Superintendente General de Escuelas de La Habana. 

En 1905 Rubén ingresó en la Escuela Pública No. 37 del Cerro, en la cual su padre había sido director cuatro años antes. En esa escuela se estableció una “República Escolar” que imitaba el funcionamiento de la República, a fin de entrenar a los alumnos –que ocupaban los cargos de los tres poderes existentes entonces en Cuba– en sus deberes cívicos y prepararlos mejor para la vida.

Rubén fue elegido presidente de esa República y al terminar su mandato y por los resultados obtenidos fue declarado “Ciudadano por Distinción”. Paradójicamente, meses antes de terminar su mandato, el director de la escuela le entregó una carta firmada por Gerardo Machado, en su calidad de secretario de gobernación en el gobierno de José Miguel Gómez, en la cual felicitaba a Villena por la forma cómo dirigía la República Escolar.

¡Quién le diría al secretario, devenido dictador años más tarde, que ese mismo presidente de la República Escolar de la escuelita del Cerro estaría entre los principales dirigentes del Partido Comunista cubano, el cual encabezaría el levantamiento popular que puso fin a su gobierno tiránico en 1933!

Las calles del Cerro verían a Villena convertirse de niño a joven y en esos años iniciar sus andares por la prosa y la poesía, mientras compartía con todos sus amigos y ayudaba a los desposeídos que deambulaban por las calles.

En 1927 Rubén contrajo una aguda congestión pulmonar que lo obligó a guardar ingreso hospitalario, esta vez en la Quinta de Dependientes del Cerro. Allí no solo recibió tratamiento médico sino que la quinta le sirvió de prisión por un tiempo debido a sus actividades comunistas.

Por ese tiempo y desde las filas del Partido, la voz de Villena se alzó en defensa de crear asociaciones que permitieran organizar y educar a las juventudes obreras y comunistas. Así surgieron en 1928 las juventudes culturales y deportivas obreras. La primera correspondió al Cerro, en la calle Churruca, pues cerca quedaban varias entidades obreras de importancia.
Alternó su obra poética con su actuar revolucionario, siendo un factor indispensable en la organización popular que diera al traste con la dictadura de Gerardo Machado en 1933.

Al año siguiente, bastante afectado por la tuberculosis, es admitido en el sanatorio La Esperanza, donde fallece en enero de 1934.

Al valorar su vida y su obra, no puede hacerse recuento alguno del Cerro sin incluir entre sus hijos ilustres a este abogado, poeta y revolucionario que dejara su huella en esta zona de la ciudad habanera.

La administración de correos de Cuba emitió un sello –reflejado arriba– en 1974 por el aniversario 75 del nacimiento de Villena y otro en 1999 por su centenario.

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