viernes, 14 de octubre de 2016

El microscopio en los sellos de correos.



Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro

En la medicina moderna es muy común el análisis de sangre para determinar diversas enfermedades. Pocas veces, para no ser absoluto, nos preguntamos cómo los mismos se realizan. Si lo hiciéramos, llegaríamos a un elemento fundamental: el microscopio.


Este pequeño e interesante instrumento de cristales especializados de aumento,  ha sido un factor de extrema importancia en la historia y avance de la medicina moderna.

Se atribuye su desarrollo al holandés Antón van Leeuwenhoek (1632-1723), mercader de telas quien, a partir de los cuenta hilos utilizados en ese oficio, construyó diversos tipos de microscopios hasta dar con el modelo más cercano al que se usa en nuestros días.

Lo curioso del caso es que Leeuwenhoek era autodidacta, nunca asistió a la universidad pero se hizo un experto del microscopio y con el mismo pudo realizar importantes aportes al conocimiento médico como el descubrimiento de los eritrocitos, varios protozoos y bacterias.

La filatelia universal rinde homenaje a este importante instrumento y a los hombres y mujeres que utilizando el mismo llegaron a importantes descubrimientos que han permitido salvar millones de vidas humanas.

Mientras que van Leeuwenhoek aparece en un sello semi postal holandés de 1937, el microscopio utilizado por nuestro Carlos Juan Finlay en sus investigaciones contra la malaria aparece en un sello de 1 centavo emitido por Cuba en 1962.

Tal vez el investigador más divulgado en la filatelia con su microscopio sea el alemán Robert Koch (1843-1910), descubridor del bacilo de la tuberculosis que lleva su nombre. Aparece así en   emisiones postales de más de treinta  países.

Por eso es muy común encontrar el microscopio, bien definido o solamente en silueta, en los múltiples materiales filatélicos relacionados con la microbiología y con otros destacados en estas investigaciones como Pasteur, Cajal, Calmette, Hansen y Haller.

Estos pequeños embajadores, como nuestro José Martí llamara a los sellos de correos, son el mayor agradecimiento de la humanidad a Leeuwenhoek por esta importante contribución  a la medicina, el microscopio,  el cual, aunque silencioso y tras bambalinas, tanto ha contribuido y contribuye a preservar nuestra salud.

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