jueves, 22 de diciembre de 2016

Un colombiano buen amigo de Cuba



Por : Juan Hernández Machado
Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico Cerro

Que Cuba brinde su solidaridad a otros pueblos hermanos es un hecho que se conoce bastante. Médicos, educadores, instructores de deportes y de artes se pueden encontrar en diferentes confines de nuestra América y del mundo. Compartimos lo que tenemos y eso no es una utopía. Proviene de los orígenes de nuestra lucha de liberación cuando otros compartieron con nosotros lo que tenían. En ese grupo hay un colombiano muy buen amigo de Cuba.

 Avelino Rosas Córdova nació en Dolores, Popayán, el 15 de abril de 1956 y desde su temprana juventud se dedicó a la carrera militar.

A los 18 años ya se encontraba defendiendo con las armas la presidencia de José Balta, en Perú. De allí pasó a Ecuador para sumarse a quienes conspiraban contra el presidente García Moreno, logrando escapar a la muerte de éste y uniéndose en Cauca a las fuerzas gubernamentales para combatir el radicalismo

Fue electo Diputado en 1879 y seis años después obtiene el grado militar de General por la victoriosa acción de Paso de Moreno. Debido a sus acciones liberales, fue desterrado en 1887, pasando a Venezuela donde ayudó al derrocamiento del presidente Anduela Palacio.

Residiendo en Curazao en 1895 recibió una carta del General cubano Antonio Maceo, quien lo invitaba a participar en la guerra de Cuba por su liberación de España.

Rosas aceptó, se trasladó a la ciudad de Nueva York para figurar entre los expedicionarios del vapor Hawkin, el cual fuera hundido en el Atlántico. Fue de los supervivientes que posteriormente se unieron al también General cubano,  Calixto García, para desembarcar el 24 de marzo cerca de Baracoa, extremo oriental cubano, a bordo de la expedición del Bermuda.

Por su amplia experiencia militar ocupó importantes responsabilidades en el Ejército Libertador de Cuba. El 31 de diciembre de 1896 el Consejo de Gobierno aprobó su ascenso a General de División, destacándose como un jefe estricto y disciplinado.

Dos años después, al ver frustrada la independencia de Cuba ante la intervención de los  Estados Unidos en nuestra guerra contra España, solicitó al Gobierno de la República en Armas su liberación para regresar a Colombia, la cual fue concedida.

Combatió en la llamada Guerra de los Mil Días, fue hecho prisionero, logró evadirse y se trasladó a Ecuador, de donde regresó para encontrar la muerte en el combate de Puerres el 20 de septiembre de 1901.

Avelino Rosas, quien siempre se destacó en suelo cubano por dar lo mejor de sí a favor de la lucha por nuestra independencia, queda recogido para la inmortalidad en una emisión postal del 26 de septiembre de 1957, para correo ordinario, la cual consta de cinco valores postales, todos iguales en diseño  y en valor – 4 centavos- pero con colores diferentes.

Dicha emisión se hizo por el Centenario del nacimiento de generales del Ejército Libertador Cubano. Es el cuarto de izquierda a derecha en la fila superior y acompaña a los generales Varona, Peraza, Miniet, Sánchez, Cabreco, Duany y Padró.




Cuando Cuba lo necesitó, Rosas dijo presente y lo menos que se puede hacer para honrar su memoria y la de tantos latinoamericanos que adoptaron la causa cubana como suya cuando aún no éramos libres, es poder compartir ahora lo poco que tenemos con quienes también lo necesitan.

¡Gracias, General, por su ejemplo y dedicación a la causa cubana! Tratamos de ser fieles a su legado.

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