martes, 10 de enero de 2017

Filatelia: El flautista de Hamelin



Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico Cerro  
 
Cuántos de nosotros no nos deleitamos  de pequeños con el famoso cuento “El flautista de Hamelin”, quien sacó las ratas de dicha ciudad al ritmo de su flauta;  pero sorprende saber que todo fue una leyenda a partir de un hecho histórico.


Hamelin es una pequeña ciudad cercana a Hannover, Baja Sajonia, Alemania, de donde el 26 de junio de 1284 se dice que salieron 130 niños detrás de un flautista y nunca regresaron. Según la leyenda, el flautista los sacó como castigo porque luego de haber sacado previamente  a las ratas de la ciudad, no quisieron pagarle por su trabajo.

Sin embargo, según historias de emigración, reconstruidas luego de la Segunda Guerra Mundial y basadas en una crónica escrita en 1370 por el monje Heinrich de Hereford, el Obispo Conde Bruno de Schaumburg quiso construir una barrera en Troppau a fin de evitar una posible invasión a Europa Central.

Troppau se encontraba a diez millas de Hamelin y ese lugar fue uno de los principales lugares de reclutamiento de jóvenes para el nuevo proyecto.

Como las condiciones de vida en Hamelin no eran las mejores en ese momento y la promesa hecha a quienes se mudaran para Troppau era dotarlos de tierra propia, unas sesenta familias jóvenes se casaron en una ceremonia colectiva antes de ese memorable día de junio de 1284.

¿Por qué ese día? Porque era el día de San Juan y en medio de las danzas y abundante bebida por la fiesta  en su honor, fue el mejor momento que se encontró para que las jóvenes parejas se trasladaran a su nuevo destino en medio del jolgorio sin llamar tanto la atención.

Esos jóvenes no desaparecieron en la montaña al ritmo de la flauta mágica, sino que encontraron su futuro, que trasciende a nuestros días, en el área de Troppau.

Las ratas nada tuvieron que ver con el éxodo, acontecimiento que se verificó después de más de 300 años al comprobar que más de las primeras veinte familias de Troppau tenían nombres idénticos a personas que habían residido anteriormente en Hamelin.

Los gobernantes de la ciudad mantuvieron la historia original en secreto y sin constar en los records de la ciudad para que no se extendiera la noticia de la pérdida de tantos buenos trabajadores y campesinos por la fundación de la nueva ciudad.

No podemos decir que esta curiosidad haya sido recogida ampliamente por la filatelia universal, pero, al menos, la leyenda como tal que nos narraban cuando éramos pequeños, quedó recogida en un sello postal emitido por la entonces República Federal de Alemania en mayo de 1978.

Por eso, al margen de la historia real, recuerde que si encarga algún trabajo debe pagar por los servicios recibidos no vaya a ser que llegue algún flautista a llevarse a sus muchachos como nos muestra ese bello sello postal alemán.






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