jueves, 19 de octubre de 2017

La importancia del diseño postal


Cuando era pequeño no podìamos mencionarlo,
ahora es necesario para protegernos de las ITS

Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro

Armar una buena colección temática en estos días se ha convertido en un serio dolor de cabeza para los filatelistas que prefieren este tipo de colección. Y es que además de la variedad de sellos y documentos que se deben conseguir, hay muchas ideas de los temas a desarrollar que se dificultan mostrar por no existir, o existir con muy mala calidad en los materiales a nuestra disposición. Principal razón de esto: el diseño postal.

Para pesar nuestro, de los coleccionistas y de quienes admiran nuestras colecciones, todavía existe mucha repetición en el diseño de sellos postales. Solo menciono un ejemplo: la foto que sacara Korda de nuestro Guerrillero Heroico Che Guevara está, de una u otra forma, en muchos materiales filatélicos; sin embargo, aún no podemos mostrar al Che como médico porque no existe el material.
No obstante, hay diseños imaginativos que nos sacan de más de un apuro y contribuyen a poder formar una colección con la diversidad y el completamiento del tema que se requiere. Veamos algunos ejemplos.

No se puede negar que en una colección sobre personalidades del Siglo XX o sobre la II Guerra Mundial no puede faltar Winston Churchill. Ese dirigente británico aparece en disímiles sellos de correos en sus funciones de dirección de la guerra y con su sempiterno tabaco, no siendo frecuentes otros diseños que nos acerquen al hombre en su laberinto personal que cada cual tiene.
Se conoce que cuando Churchill dimitió como Primer Lord del Almirantazgo y en otros momentos difíciles de su vida se refugió en la pintura para capear el temporal. Pues bien, gracias a esta emisión de Brunei podemos admirar a Churchill en una de sus sesiones de pintura, en las cuales prefería los paisajes impresionistas. 

En una colección sobre inventores, este diseño de la emisión de Antigua y Barbuda de 1992 nos muestra a Ts’ai Lun (Cai Lun), Consejero del Emperador He de Han, que vivió en la corte de la dinastía Han (según unas fuentes entre los años 77- 110 y según otras entre 50- 121) y que en China es considerado como el inventor del papel, al perfeccionar las técnicas de fabricación de un material muy parecido al actual y que se diferenciaba grandemente de del papiro y el pergamino utilizado en épocas anteriores.

Y qué decir de este sello de Botswana de 1978. Mucho se habla de lo agreste de ese territorio y de su falta de agua. Pero aquí aparece un nativo en territorio desértico, con un huevo de avestruz en una mano y una pajilla en la otra, con la cual trata de sacar agua de una grieta en el terreno para luego llenar el huevo y que le sirva como una especie de cantimplora. No, no es parte de una película de ciencia ficción, sino que se corresponde con la realidad de algunos pobladores de ese hermano país. 



Arduo el trabajo para los coleccionistas de aves e insectos pues existen muchos sellos sobre los mismos, pero gran parte reproducen lo mismo: el ave o el insecto sin una vinculación real con su vida (forma de reproducción, de alimentación, etc). Menos mal que siempre hay quien facilite las cosas, como lo muestran estos dos ejemplos.

Burkina Faso, la antigua Alto Volta, en una emisión de 1981 nos muestra al cucarachón estercolero tratando de mover una bola de estiércol, imagen muy conocida en documentales pero hasta donde conocemos es la única que podemos encontrar en sellos de correos. 


Ese mismo país, en 1996, nos muestra la forma cómo la langosta africana desova en un agujero en el suelo. Como se conoce, esos insectos producen solo una nueva generación cada año cuando la hembra pone los huevos en el suelo o entre la vegetación. En una colección sobre insectos es casi obligado incluir a este debido al gran daño que provoca a las plantaciones por donde pasan en grupos de miles.


 
Como pueden apreciar, queridos amigos, cuando se quiere se pueden lograr resultados artísticos, de calidad, que sean llamativos y, al mismo tiempo, que sean útiles a los coleccionistas que en estos tiempos de Internet y otros medios modernos de comunicaciones son quienes más obtienen los productos clásicos de las administraciones postales.
Por eso los dejamos con el clásico policía de tránsito que nos legaron los británicos y que encontramos en diferentes lugares donde ellos fueron la potencia colonizadora, con el famoso crucigrama que tanto nos gusta a muchos y con la máquina de escribir que en 1864 nos dejara el austriaco Peter Mitterhofer.

                               


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