Por: Juan Hernández Machado, Premio
Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro.
Desde
que en Cuba se comenzó a desarrollar el turismo, a mediados del siglo XX, la
principal oferta que se ofrecía en cuanto al producto que en nuestro país se
denomina “Sol y playa” era la maravillosa playa de Varadero, a la cual se unió
a fines de los años 50 la bella playa de Guardalavaca.
Sin
embargo, por la naturaleza de archipiélago que tiene la Mayor de las Antillas, eran
incontables los cayos que podían desarrollarse y ponerse al servicio de quienes
nos visitaran buscando esa modalidad de descanso.
Así,
comenzaron a desarrollarse en la década de los años 90 del pasado siglo varios
de los cayos, tanto en la parte norte como en la parte sur del país,
proyectándose para los primeros la conexión por tierra con la isla grande.
De
esa forma, hoy se dispone para el disfrute de nuestros visitantes una variada
combinación de cayos de la parte norte
central donde destacan Cayo Coco, Cayo
Guillermo y Cayo Santa María.
Cayo
Coco tiene una superficie de 370 km2, por lo que se convierte en la
cuarta isla más grande del archipiélago cubano. Se encuentra en la parte norte
del centro de la isla grande, perteneciendo administrativamente a la provincia
de Ciego de Ávila.
Este
cayo está unido a la isla grande por un terraplén artificial de unos 27
kilómetros de largo y aunque al inicio de su construcción muchos críticos
atacaron la obra por el supuesto daño que constituiría para el medio ambiente,
la misma se llevó a cabo con las debidas medidas de protección. Por ello, hoy
Cayo Coco es uno de los principales lugares para la observación de aves en el
país, especialmente el flamenco.
Este
cayo posee su aeropuerto internacional, el Aeropuerto Internacional de Jardines
del Rey, que permite desde el año 2005 que los turistas que visitan el área lo
hagan de forma directa, sin tener que llegar a la isla grande como se hacía
anteriormente.
Cayo
Coco está unido por una vía natural a Cayo Guillermo, lugar famoso por sus
lagunas donde la pesca de la trucha es una de las principales atracciones. Es
un cayo de solo unos 18 km2 en extensión, pero su diversidad de
avifauna, la pesca y los exuberantes fondos marinos para practicar el buceo,
además de su bella flora, lo hacen, junto a Cayo Coco un destino turístico de
primera clase para miles de visitantes extranjeros, fundamentalmente
canadienses y europeos.
Un poco más
al oeste y perteneciendo administrativamente a la provincia cubana de Villa Clara
se encuentra Cayo Santa María. Se encuentra unido a la tierra grande por 48
kilómetros de carretera. Sus
extensas playas naturales son la maravilla de los miles de turistas que lo
visitan desde diferentes latitudes.
En
el extremo oeste de la isla grande se encuentra Cayo Levisa, uno de los más
pequeños, más apartados pero también de mayor derroche de belleza natural.
Este
cayo tiene una extensión de unos 2,5 km2 y administrativamente
pertenece a la provincia cubana de Pinar del Río, en el extremo oeste de la
isla grande. Su playa es muy extensa, con arena extremadamente blanca y fina.
Además de la misma, las otras principales atracciones turísticas son la
observación de aves el buceo
Pero,
el más conocido de todos, fundamentalmente en Europa de donde proviene buena
parte de sus asiduos clientes, es Cayo Largo, al sur del país.
Esta isla, visitada por Cristóbal Colón en su
segundo viaje al llamado Nuevo Mundo, es simplemente conocida como Cayo Largo y
administrativamente pertenece al Municipio Especial Isla de la Juventud, que se
encuentra a 135 kilómetros de distancia.
La principal vía de acceso es el Aeropuerto
Internacional Vilo Acuña, donde tocan las aeronaves procedentes de Canadá,
Europa y América del Sur que transportan los visitantes al mismo. Existe
capacidad de atención a los clientes que lleguen vía marítima. El cayo tiene
una buena variedad de hoteles para todos los gustos.
En
todos estos cayos se puede combinar el
disfrute de magníficas playas con la observación de aves, la práctica de
diferentes deportes náuticos, la pesca, el buceo y, en breve tiempo en cómodos
ómnibus climatizados, visitar ciudades coloniales cubanas como La Habana,
Trinidad, Cienfuegos y Camagüey.
La
filatelia cubana quiso recoger los mismos en una emisión dedicada al turismo
cubano hecha en el año 2007. Aquí se la presentamos para que estos pequeños
embajadores, como son los sellos de correos, le muestren un avance de lo que
encontrará cuando decida ser uno más de quienes disfrutan de los Cayos de Cuba.
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