viernes, 26 de enero de 2018

Una visita postal a la tierra de los incas




Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012  
América Latina cautiva a  muchos por la forma como se han preservado los valores de las diferentes culturas indígenas que la habitaron, y habitan en muchos países. Uno de esos ejemplos es la tierra de los Incas a la cual nos acercaremos hoy a través de los sellos de correo del Perú.
Los incas fueron un pueblo inmigrante que llegó al valle del Cusco en el siglo XII en busca de refugio pues su tierra era asaltada por grupos humanos procedentes del sur.

Según la tradición oral se conoce que cuatro hermanos con sus cuatro esposas llegaron a Cusco. Uno de ellos, Ayar Manco llegaría a formar la ciudad inca de gosqo (el Cusco actual) y desde ese momento recibió el nombre de Manco Cápac. Él y su esposa Mama Ocllo son considerados nacidos de las espumas del lago Titicaca y enviados con la misión de fundar un imperio en un lugar fértil, siendo el lugar seleccionado el valle del río Huatanay, en Cusco.
Cuando los españoles, en el proceso de colonización del Perú, entraron en contacto con los incas en el siglo XVI,  encontraron un pueblo agricultor, con buen conocimiento de la alfarería utilitaria y ceremonial, luego de haber absorbido las expresiones culturales de los pueblos que anexaron a su imperio.
La filatelia peruana comienza mostrando los valores del pueblo inca en 1896 al  incluir en la emisión de 13 valores para correo ordinario, dos de un centavo y otros dos de dos centavos que muestran a Manco Capac, fundador de la dinastía inca.
Este es recogido también en emisiones de 1909, 1931, 1953, 1959 y 1962. Las dos últimas fueron reimpresiones de la emisión de 1953 pero hechas por diferentes casas impresoras.
En la emisión postal de carácter permanente para correo ordinario de 1918, de 11 valores, el de un sol muestra el funeral de Atahualpa, quien fue  el gobernante decimotercero  de los  incas y es considerado como el último emperador de esa gran nación.
Dirigió la famosa guerra civil inca contra su   hermano Huáscar, a quien derrotó cerca de Cusco en 1532. Al querer conocer a los españoles fue hecho prisionero por Francisco Pizarro quien le mantuvo algunos privilegios en prisión pues le permitieron continuar administrando su imperio y aprender a leer y escribir.
No obstante, poco después fue acusado de ocultar un tesoro, conspirar contra la corona española  y matar a Huáscar y aunque cedió a las condiciones de los españoles, fue ejecutado de todas formas.
Los incas heredaron de los pueblos que los antecedieron la adoración del Sol y las costumbres cosmológicas. Por ello, el observatorio solar hecho por ellos revistió tanta importancia. El mismo es recogido en diversas emisiones postales peruanas.
Donde primero aparece es en la emisión permanente de 1953, hecha por la casa Thomas de la Rue & Co. Ltd., en un valor de 2,20 soles. Fue reimpreso en 1959 por la Casa Joh Enschedé en Zonen, de Holanda, pero en un valor de 3,80 soles. Y vuelve a ser reimpreso en 1962 por Thomas de la Rue, con valor de 4,30 soles.
Por su parte, en la emisión de tres valores aéreos de 1967 por la Exposición “Perú ante el mundo”, el de 2,60 soles muestra un grabado antiguo del símbolo del sol.
 Una de las figuras del imperio inca de trascendental importancia fue el Chasqui. Este era un mensajero personal del Inca, Gran Emperador, quienes se encargaban no sólo de transportar sus mensajes a todos los lugares sino de llevarle productos de su preferencia desde diferentes lugares.Eran jóvenes de 18-20 años, muy bien preparados físicamente y capaces de recorrer grandes distancias a través del sistema de postas establecido.
El Chasqui es presentado en un sello aéreo por valor de 5 soles emitido en 1976 por el 11 Congreso de la Unión Postal de las Américas y Europa, así como en los 7 valores postales de la emisión permanente de 1977, de ellos 3 para correo aéreo.
También de relevancia en la historia y en la filatelia peruana se encuentra el líder de la mayor rebelión indígena anticolonial en América durante el siglo XVIII. José Gabriel Condorcanqui, conocido como Tupac Amaru, es reconocido como el fundador de la identidad nacional peruana.
Puede ser apreciado en dos sellos, de las emisiones de 1980 y 1981 respectivamente, por el bicentenario de su rebelión contra el colonialismo español. En el primer caso en el valor de 25 centavos y en el segundo caso en el valor de 60 soles.
En 1962 se hizo una emisión de 3 valores para correo aéreo a fin de promover la Exposición de arte peruano en México y en el valor de 2 soles aparece este insigne descendiente de los incas junto al cura mexicano Miguel Hidalgo.

Luego, en 1971, se emitió una serie de 13 valores aéreos por la independencia peruana y en el de 5,50 soles aparece Tupac Amaru
 Debido a la influencia cultural que tuvieran en el imperio incaico, la filatelia peruana recoge varios elementos de   culturas pre incaicas: Nazca, Chavin, Vicus y Mochica, como los más significativos.
La cultura Nazca se desarrolló en los valles de Ica. Fueron muy buenos ceramistas y destacados agricultores, desarrollando un amplio sistema de canales y reservorios de agua.
La primera referencia filatélica se encuentra en 1935 cuando se emitieron 7 valores postales por el 300 aniversario de la fundación de la ciudad de Ica. Luego, en 1971 se hizo una emisión de 5 sellos que muestran artesanías de esa cultura.
En 1969 se hizo una emisión de 5 sellos para correo aéreo que muestran vasijas de cerámica Nazca pintadas. También la cerámica de esa cultura estuvo presente en la emisión de 11 valores postales para correo ordinario de 1978.
Vuelven a incluirse piezas Nazcas en la emisión para correo aéreo de 1973, joyas antiguas y en la de correo ordinario de 1981, tallas de piedra.   El “Huaco”, de esa cultura, aparece en una emisión de 1979 que fuera sobrecargada en 1980.
Por su parte, la cultura Chavín se extiende desde el año 900 a. c. hasta el 300 d.c., a orillas del río Mosna, uno de los afluentes del alto Marañón en la provincia del Huari. Su cerámica se caracterizó por los colores negro brillante, gris y marrón.
La primera referencia filatélica a esta cultura es de 1938, en la emisión permanente de 10 valores postales para correo ordinario. El de 4 centavos recoge una cerámica Chavín, mientras que el de 5 soles presenta a uno de los ídolos de esa cultura.
En la emisión de 13 valores para correo aéreo de ese mismo año, el de 2 soles presenta un templo Chavín.
En 1963 se realizaban excavaciones en áreas donde predominó esta cultura. Se emitieron 5 valores semi postales  en beneficio de los fondos de la excavación, los cuales mostraban diferentes cerámicas encontradas en esos trabajos arqueológicos.
En 1988 se emitieron dos valores para correo ordinario que presentan vasijas de la cultura Chavín 
La cultura Vicus  tuvo su desarrollo en las actuales provincias peruanas de Morropón, Ayabaca y Huancabamba, destacándose tanto en el arte de la cerámica como en la metalurgia. Algo característico de esta cultura fueron sus tumbas, de 10 metros de profundidad en forma de bota.
 En 1970, Perú emitió 5 valores postales para correo ordinario y 4 para correo aéreo que muestran diferentes artesanías de esta cultura.
La cultura Mochica tuvo su asentamiento geográfico en los valles de Chicama, Moche y Virú, destacándose su arquitectura de carácter religioso. Su cerámica nos permite conocer bien cómo vivían, predominando en ella los colores blanco crema y rojo indio.
 Su primera presencia en la filatelia peruana se encuentra en la emisión de 5 valores para correo ordinario de 1972, en la cual se presentan diversas jarras de cerámica pintada. Al año siguiente se hace una emisión de 5 valores para correo aéreo, que mostraba joyas de las culturas antiguas y en ella se incluyó la cultura Mochica.

 Otras emisiones postales nos acercan a diferentes  aspectos de la cultura incaica y las fuentes anteriores que la nutrieron, destacándose la emisión de 12 valores para correo ordinario de 1972 por el 400 aniversario de la publicación del calendario incaico.
Debemos agradecer al servicio de correos peruano por permitirnos conservar en nuestras casas esas riquezas culturales a través del sello de correos, las cuales nos permiten conocer mejor a quienes nos trazaron el camino de la identidad americana a través de ese indio que todos llevamos dentro

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