miércoles, 11 de mayo de 2016

Las aves: su reproducción y anidación


Foto Original: www.vistaalmar.es Diseño: Gilberto González García
Por: Dayana Cardona González, asociada del Círculo Filatélico  de Camagüey

Uno de los aspectos de las aves, que más ha cautivado la atención de las personas, además del vuelo, es lo peculiar, y a veces romántico, de su conducta reproductiva. Para ellas es muy importante la reproducción. En la mayoría de las aves, es estacional, es decir, se lleva a cabo durante una época definida del año. Esto se observa claramente en la primavera, cuando casi todas las especies de aves se hallan cantando y trabajando laboriosamente en conseguir material para sus nidos.


El inicio de la etapa reproductiva está marcado por profundos cambios fisiológicos que se piensa son disparados por algunos factores del ambiente. Por ejemplo: las aves que viven en el norte de América resultan afectadas por los cambios de duración del día en las diferentes estaciones del año, de ahí que el inicio de la reproducción coincida con la llegada de la primavera, cuando los días se hacen más largos con respecto al invierno.

Por el contrario, en las aves que viven en los desiertos de Australia es la llegada de las lluvias (que puede tardar a veces más de un año) la que propicia el inicio de la etapa de reproducción. Las aves que viven en los trópicos no distinguen los ligeros cambios de duración del día, porque casi no los hay, ni las lluvias, porque llueve todo el año, entonces son capaces de reproducirse varias veces en un año y los factores que lo propician aún no son bien conocidos. Esta sincronización asegura que cuando los pollos nazcan, los recursos alimenticios en el ambiente (insectos, semillas y frutos) sean los suficientes para garantizar su crecimiento.

Cualquiera que sea el factor que da inicio a la reproducción, las aves responden a él con cambios fisiológicos extremos que estimulan el desarrollo de conductas muy particulares para atraer una pareja y comenzar la anidación.

El primer suceso que se produce es la obtención de un territorio. Este comprende un área que el ave defiende contra miembros de su misma especie principalmente, así como frente a depredadores y otros invasores. El territorio debe ser un área en la cual exista un lugar seguro para construir el nido, además, debe estar cerca de una fuente de alimento para los pollos y los padres. Los territorios en las aves varían mucho de acuerdo con sus necesidades. El tamaño del territorio es variable dependiendo de la especie y sus necesidades.

El territorio es establecido y resguardado por el sexo dominante. Por lo general son los machos los que participan activamente en estas tareas.

La selección del lugar de anidamiento y la construcción del nido constituyen acontecimientos de gran importancia en la biología de las aves, pues el nido va a ser el sitio donde se desarrollen las actividades de puesta de huevos, incubación, cuidado y crianza de los pichones hasta que sean independientes, por lo que debe reunir condiciones de seguridad contra depredadores y las inclemencias del tiempo.

Los padres construyen los nidos con el material disponible en la zona (ramas, hojas, pelo) y los cubren por dentro con una capa de plumas, pelo u hojas pequeñas para proporcionarle calor a huevos y crías. Aquí les ofrecemos algunos ejemplos:

El turpial de Baltimore: Su nido consiste en una bolsa colgante construida con hierba, trozos de corteza y otras materias vegetales naturales que, con frecuencia, están mezcladas con materiales artificiales, como cuerdas. Estas aves ponen entre cuatro y seis huevos blancos, con manchas de color negro o castaño, colocadas de forma irregular. 

La jacana africana: Este pájaro acuático africano, que vive en la vegetación  flotante de las charcas, lagos y corrientes semi-estancadas, construye sus nidos sobre frágiles pilas de hierba o sobre un colchón de lirios. A menudo, el macho se ve obligado a meter los huevos bajo sus alas para dormir porque su peso hace que el nido se hunda.


Los pingüinos siempre regresan a su lugar de anidamiento ancestral para poner sus huevos y criar a su generación. El pingüino emperador, el más grande de los esa especie, pone un solo huevo en la época más fría  del año, con temperaturas de hasta -62 °C. El huevo se incuba sobre los pies de su progenitor, protegido por pliegues abdominales de piel. Las crías permanecen bajo estos pliegues un breve tiempo, hasta que logran regular su temperatura corporal.

Los pájaros carpinteros generalmente anidan en agujeros excavados en el tronco de los árboles o, incluso en el interior de cactus gigantes. Las hembras ponen varios huevos blancos y brillantes en una cama blanda de astillas podridas colocada en el fondo de la cavidad.

Aunque generalmente la tarea de construir el nido la desarrolla la pareja, puede ser sólo uno de los padres el que la realice, mientras el otro surte el material, defiende el territorio, o sencillamente no participa.

Sea cual sea la estrategia de reproducción de una especie, su capacidad para aprovechar los lugares de nidificación apropiados es vital. Las variaciones individuales dan lugar a nidos insólitos. Las rarezas suelen ser más producto del lugar que del estilo, pues las aves se adaptan a vivir en medios cambiantes o inapropiados. Estas rarezas revelan la adaptabilidad de la especie y recuerdan con claridad que la evolución no se detiene nunca.

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