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Foto Original: www.vistaalmar.es Diseño: Gilberto González García |
Uno de los
aspectos de las aves, que más ha cautivado la atención de las personas, además
del vuelo, es lo peculiar, y a veces romántico, de su conducta reproductiva. Para ellas es
muy importante la reproducción. En la mayoría de las aves, es estacional, es
decir, se lleva a cabo durante una época definida del año. Esto se observa
claramente en la primavera, cuando casi todas las especies de aves se hallan
cantando y trabajando laboriosamente en conseguir material para sus nidos.

Por el
contrario, en las aves que viven en los desiertos de Australia es la llegada de
las lluvias (que puede tardar a veces más de un año) la que propicia el inicio
de la etapa de reproducción. Las aves que viven en los trópicos no distinguen
los ligeros cambios de duración del día, porque casi no los hay, ni las
lluvias, porque llueve todo el año, entonces son capaces de reproducirse varias
veces en un año y los factores que lo propician aún no son bien conocidos. Esta
sincronización asegura que cuando los pollos nazcan, los recursos alimenticios
en el ambiente (insectos, semillas y frutos) sean los suficientes para
garantizar su crecimiento.
Cualquiera
que sea el factor que da inicio a la reproducción, las aves responden a él con
cambios fisiológicos extremos que estimulan el desarrollo de conductas muy
particulares para atraer una pareja y comenzar la anidación.
El primer
suceso que se produce es la obtención de un territorio. Este comprende un área
que el ave defiende contra miembros de su misma especie principalmente, así
como frente a depredadores y otros invasores. El territorio debe ser un área en
la cual exista un lugar seguro para construir el nido, además, debe estar cerca
de una fuente de alimento para los pollos y los padres. Los territorios en las
aves varían mucho de acuerdo con sus necesidades. El tamaño del territorio es
variable dependiendo de la especie y sus necesidades.
El territorio
es establecido y resguardado por el sexo dominante. Por lo general son los
machos los que participan activamente en estas tareas.
La selección
del lugar de anidamiento y la construcción del nido constituyen acontecimientos
de gran importancia en la biología de las aves, pues el nido va a ser el sitio
donde se desarrollen las actividades de puesta de huevos, incubación, cuidado y
crianza de los pichones hasta que sean independientes, por lo que debe reunir
condiciones de seguridad contra depredadores y las inclemencias del tiempo.
Los padres
construyen los nidos con el material disponible en la zona (ramas, hojas, pelo)
y los cubren por dentro con una capa de plumas, pelo u hojas pequeñas para
proporcionarle calor a huevos y crías. Aquí les
ofrecemos algunos ejemplos:




Aunque
generalmente la tarea de construir el nido la desarrolla la pareja, puede ser
sólo uno de los padres el que la realice, mientras el otro surte el material,
defiende el territorio, o sencillamente no participa.
Sea cual sea
la estrategia de reproducción de una especie, su capacidad para aprovechar los
lugares de nidificación apropiados es vital. Las variaciones individuales dan
lugar a nidos insólitos. Las rarezas suelen ser más producto del lugar que del
estilo, pues las aves se adaptan a vivir en medios cambiantes o inapropiados.
Estas rarezas revelan la adaptabilidad de la especie y recuerdan con claridad
que la evolución no se detiene nunca.
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