Por: Juan Hernández
Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012.

Cuando uno es humillado, maltratado
o pierde un ser querido por una acción criminal nada es más humano que desear
que se haga justicia con el autor o autores del atropello. Y si es un hecho en
el cual
se asesinaron
a 73 personas, la necesidad de que se adopten
medidas con el responsable se hace imperativa. ¡Qué decepción cuando nada
sucede!
Ese es el caso del vuelo 455 de
Cubana de Aviación que despegara del aeropuerto de Barbados hacia la Habana el 6 de octubre de
1976.