Por: Juan Hernández
Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012
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Extrema derecha superior: cierva dorada |
No, no es un juego de palabras ni
tampoco una clave mística. Estos fueron los nombres que tuvo una embarcación
muy marinera: galeón botado en 1577, que desplazaba 100 toneladas, propulsado
por velas que le permitían navegar a ocho nudos (15 kilómetros por hora); de 37
metros de largo (eslora) y 5,5 metros de ancho (manga), armado con 22 cañones y
tripulado por 80.85 marineros.
Y es que este galeón, uno de los
tantos que fueron construidos en su época, entró en la historia por la maestría
de su capitán, el inglés Francis Drake, quien desde los 13 años era marinero en
un barco mercante y llegó a recibir al título honorífico de Sir en 1581 en la cubierta de su propia
embarcación por parte de la Reina Isabel I de Inglaterra.