viernes, 6 de abril de 2018

Un pelícano convertido en cierva dorada



Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012

Extrema derecha superior: cierva dorada
No, no es un juego de palabras ni tampoco una clave mística. Estos fueron los nombres que tuvo una embarcación muy marinera: galeón botado en 1577, que desplazaba 100 toneladas, propulsado por velas que le permitían navegar a ocho nudos (15 kilómetros por hora); de 37 metros de largo (eslora) y 5,5 metros de ancho (manga), armado con 22 cañones y tripulado por 80.85 marineros.
Y es que este galeón, uno de los tantos que fueron construidos en su época, entró en la historia por la maestría de su capitán, el inglés Francis Drake, quien desde los 13 años era marinero en un barco mercante y llegó a recibir al título honorífico de Sir en 1581 en la cubierta de su propia embarcación por parte de la Reina Isabel I de Inglaterra.