Por: Juan
Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo
Filatélico Cerro.
Para un país que fuera de los primeros en ser
colonizado por los españoles a su llegada al llamado al Nuevo Mundo en 1492, la
presencia de iglesias, templos y conventos de culto católico romano era algo
obligado. Una de las joyas, barroca por su estilo de
construcción, que ha trascendido en el tiempo y hoy es orgullo de la capital
cubana es la Catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada, la cual
fuera construida entre 1748- 1832 en lo que hoy es llamada la parte vieja de la
ciudad.