Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro
No siempre es
necesario nacer en una localidad para, posteriormente, ser considerado hijo o
hija de la misma. Y eso depende fundamentalmente del aporte que la persona hace
para esa localidad. Ese es el caso de Rubén Martínez Villena (20 de diciembre
1899- 16 de enero 1934) con el Cerro.
Aunque nacido
en Alquízar, entonces el interior de la provincia de La Habana, con sólo cuatro
años de edad vino con su familia a vivir a la calle Falgueras, entre La Rosa y Lombillo, en el Cerro.
Su padre era maestro de escuela y como tal cumplió varias responsabilidades en
diferentes barrios de la capital cubana, siendo nombrado en 1909
Superintendente General de Escuelas de La Habana.
En 1905 Rubén
ingresó en la Escuela Pública
No. 37 del Cerro, en la cual su padre había sido director cuatro años antes. En
esa escuela se estableció una “República Escolar” que imitaba el funcionamiento
de la República,
a fin de entrenar a los alumnos –que ocupaban los cargos de los tres poderes
existentes entonces en Cuba– en sus deberes cívicos y prepararlos mejor para la
vida.
Rubén fue
elegido presidente de esa República y al terminar su mandato y por los
resultados obtenidos fue declarado “Ciudadano por Distinción”. Paradójicamente,
meses antes de terminar su mandato, el director de la escuela le entregó una
carta firmada por Gerardo Machado, en su calidad de secretario de gobernación
en el gobierno de José Miguel Gómez, en la cual felicitaba a Villena por la
forma cómo dirigía la
República Escolar.
¡Quién le
diría al secretario, devenido dictador años más tarde, que ese mismo presidente
de la República Escolar de la escuelita del Cerro estaría entre los principales
dirigentes del Partido Comunista cubano, el cual encabezaría el levantamiento
popular que puso fin a su gobierno tiránico en 1933!
Las calles
del Cerro verían a Villena convertirse de niño a joven y en esos años iniciar
sus andares por la prosa y la poesía, mientras compartía con todos sus amigos y
ayudaba a los desposeídos que deambulaban por las calles.
En 1927 Rubén
contrajo una aguda congestión pulmonar que lo obligó a guardar ingreso
hospitalario, esta vez en la
Quinta de Dependientes del Cerro. Allí no solo recibió
tratamiento médico sino que la quinta le sirvió de prisión por un tiempo debido
a sus actividades comunistas.
Por ese
tiempo y desde las filas del Partido, la voz de Villena se alzó en defensa de
crear asociaciones que permitieran organizar y educar a las juventudes obreras
y comunistas. Así surgieron en 1928 las juventudes culturales y deportivas
obreras. La primera correspondió al Cerro, en la calle Churruca, pues cerca
quedaban varias entidades obreras de importancia.
Alternó su
obra poética con su actuar revolucionario, siendo un factor indispensable en la
organización popular que diera al traste con la dictadura de Gerardo Machado en
1933.
Al año
siguiente, bastante afectado por la tuberculosis, es admitido en el sanatorio
La Esperanza, donde fallece en enero de 1934.
Al valorar su
vida y su obra, no puede hacerse recuento alguno del Cerro sin incluir entre
sus hijos ilustres a este abogado, poeta y revolucionario que dejara su huella
en esta zona de la ciudad habanera.
La administración de correos de Cuba emitió un sello –reflejado arriba–
en 1974 por el aniversario 75 del nacimiento de Villena y otro en 1999 por su centenario.
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