Por: Juan Hernández
Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico
Cerro
A todos nos queda
claro que el correo moderno se inicia el 6 de mayo de 1840 con la aparición del
primer sello adhesivo del mundo, en Inglaterra;
el llamado Penique Negro, creado por Rowland Hill. Con esta acción la
emisión de sellos postales pasó a ser exclusividad del Estado y con la compra
de los nuevos sellos, el franqueo de la correspondencia pasó a ser pagado por
quien la enviaba y no por quien la recibía, como era antes de esa fecha.
Y posteriormente al
surgimiento del sello adhesivo y para garantizar la entrega de la
correspondencia ya con el nuevo elemento incorporado, se utilizaron los mismos
sistemas que habían sido concebidos anteriormente.
Sin embargo, sistemas
como el de postas- uno de los primeros utilizados- no surgieron en el momento
sino que encuentran registrados en épocas antiquísimas del desarrollo humano.
El primer sistema de
postas para el correo regular fue creado por el Rey Ciro, de Persia (hoy Irán)
en el año 539 antes de nuestra era. El
mismo consistía en establecimiento de establos a lo largo de una ruta
determinada y la creación de un cuerpo de jinetes que cabalgaban en relevo
entre las mismas.
Ese fue el mismo
procedimiento que estableciera Augusto, primer emperador romano, a inicios de
nuestra era, para el transporte de correspondencia en el Imperio Romano, el
cual recibiera el nombre de Cursus Publicus. La diferencia era que además de jinetes necesitó
carros tirados por caballos para poder transportar las tablillas de arcilla,
madera y rollos de papiro que eran la correspondencia a transportar en la
época.
Un ejemplo similar
pero sin postas, con mensajeros especializados que recorrían toda la ruta, era
el sistema de correos del Gran Inca quien disponía de los llamados “chasquis”,
los cuales transportaban su correo.
También con ayuda del
caballo, la historia recoge el sistema del “Pony Express” con el cual funcionó
el correo en el Oeste de los Estados Unidos de América a partir de 1860.
La logística de estos
sistemas fue dejando anécdotas interesantes
como el funcionamiento del correo durante el reinado de Felipe V en
España, después de aprobarse el Reglamento General del Correo en 1720.
Se debía pagar 8 ½
reales por legua recorrida y en ese monto iba incluido el alquiler de los
caballos y la propina—llama agujeta—para el postillón o mozo que se encargaba
de que los caballos regresaran en perfecto estado a la posta de donde habían
salido.
Pero esta es sola una de las curiosidades pues los
primeros modelos en terrestres de correo funcionaron con carretas tiradas por
bueyes en la India. En
los confines más alejados de la tierra rusa y en Escandinavia fueron los
trineos tirados por renos, los que
llevaron el peso de esta actividad.
Inglaterra y Alaska
se sirvieron de los perros para tirar los trineos que transportaban el correo a
los lugares helados alejados y el camello fue usado con este fin, en el siglo
XIX, en los países del Oriente Medio,
norte de África y hasta en los propios Estados Unidos de América.
Más de 60 países del
mundo han hecho múltiples emisiones postales para reflejar la historia del
correo a nivel mundial y buena parte de ellas se dedican a los primeros modelos
terrestres.
A nosotros nos
enseñaron mucho. ¿Por qué no prueba usted para recorrer en camello las
ardientes arenas del Sahara, o en trineos tirados por renos en la Kamchatka rusa? Vale la
pena.
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