Por: Juan Hernández Machado, Premio
Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro
La
buena cosecha papera del 2016 motivó el júbilo de nuestras amas de casas. Pero
no todas son conscientes de su verdadero origen. El otro día tuve que aclararle
a una caserita, en el mercado, que la papa no es alemana ni rusa, sino muy
nuestra, de Latinoamérica.
Cuando
se produjo el encuentro entre la cultura española y las nuestras en 1492, la papa ya se cosechaba en áreas
aledañas al lago Titicaca, por lo que tanto Bolivia como Perú constan como los
primeros cultivadores de dicho tubérculo.
Ese
fue uno de los tantos productos que los españoles llevaron a Europa, en este caso como
curiosidad botánica y se conoce que tardó un poco en popularizarse como
alimento. No obstante, es cierto que a partir de ese momento ha sido reina de
la mesa en muchos países, entre ellos, los mencionados por la caserita del
mercado.
La
papa, patata, potato, potatl, cartofil o pome de terre, como es conocida en
diferentes lugares, tiene más de 5 mil variedades de las cuales más del 80% se
registra en la región andina sudamericana.
Razón
por la cual en Lima, la capital peruana, radique el Centro Internacional de la Papa, con el objetivo de
conservar el futuro de tan importante planta, que sólo es superada por el maíz,
trigo y arroz, en cuanto a producción a nivel mundial.
¿Su
importancia?
Bueno,
además de un agradable sabor en cualquiera de sus variedades y ser un
componente ideal para arreglar cualquier plato, en cualquier cultura culinaria,
nuestra amiga la papa nos ofrece fibra, potasio, hierro, calcio, fósforo,
magnesio, vitamina C y otros nutrientes de extrema importancia para nuestro
organismo.
Pero,
como es de esperar, nuestros pequeños embajadores, los sellos de correo,
también han inmortalizado la historia de la papa. Veamos algunos ejemplos
solamente.
En
1955 las islas RuyKyu emitieron un sello de correo ordinario que conmemora el 350
aniversario de la introducción de la papa en esas islas, que
separan el Mar del Este de China del Océano Pacífico, y eran parte de
Japón. Las fuerzas estadounidenses las ocuparon en 1945 y las
reintegraron a Japón el 15 de mayo de 1972. Durante el
período de ocupación estadounidense fue que las Islas RuyKyu emitieron
sellos y elementos postales.
La
República Popular de Angola quiso
conmemorar el nuevo Milenio con una pieza postal de más de 12 sellos de correo,
en el año 2000, con elementos
importantes del siglo XVI. Entre éstos se incluye un sello con la introducción
de la papa en Europa.
También como
parte de las emisiones postales que se hicieron en el mundo para conmemorar el
Quinto Centenario de la llegada de los españoles a América, Dinamarca, emitió
dos sellos postales en 1992.Uno de ellos
muestra la planta de la papa.
Bélgica
emitió seis sellos en 1975, de la variedad semi postal, para recaudar fondos
para la Exposición Internacional
Temática en ese país. El de 6.50 + 3.00 francos muestra al “vendedor de papas”.
La
entonces República Democrática Alemana quiso ilustrar a través de 5 sellos para
correo ordinario, en 1977, la maquinaria
utilizada en la agricultura moderna y el de 25 pf muestra una cultivadora de
papas.
Pero
también los sellos reflejan a la papa como componente de la buena mesa.
En
1956 Francia emitió un sello para honrar a Antoine-Augustin Parmentier,
químico nutricionista que popularizó el
consumo de la papa en ese país. De ahí que es posible encontrar en cualquier
restaurante medianamente serio el plato “ Papa a la Parmentier.”
Por
su parte, Aland – provincia de Finlandia que tiene autorización para emitir sus
propios sellos postales, emitió 4 sellos en el año 2002 que muestran comidas
típicas. Uno de ellos presenta un tipo
de pescado con papas hervidas, mientras que otro el arenque con puré de papas.
Además,
también la papa, por su desarrollo en determinadas regiones, ha pasado a
integrar la riqueza turística y cultural de ciertos países. Tal es el caso de
Australia.
En
1988 ese país emitió cuatro valores postales para correo ordinario y el de 37
centavos se denomina “Condado del país de la papa”, obra hecha por Turkey Tolsen Tjupurrula y David Corby
Tjapaltjarri.
En
el año 2004, Australia emitió 4 sellos
para correo ordinario que muestran atracciones turísticas. El de $ 2.40
presenta a “Punta Papa”, situada en
Bodalla, Nueva Gales del Sur.
La papa, como
objeto de investigación, también ha sido importante. Por ello también hay
sellos de correo que la reflejan de esta forma. Hungría conmemoró, en 1972, el 175 aniversario de la
fundación de la primera academia agrícola científica en el país. La flor de la
papa se encuentra junto a la espiga de trigo en el símbolo de la Academia.
India, por su parte, emitió un sello postal en
1985, para conmemorar el 50 aniversario de la investigación sobre la papa. Y
Austria emitió otro sello, en 1967, por el 6to Congreso Internacional de
protección de plantas, el cual muestra al ácaro que ataca a las plantaciones de
papa.
Tal
vez la mayor constancia sobre este tubérculo la encontremos en Jersey, una de
las islas británicas que tiene derecho a emitir sus propios sellos.
Entre los 4
sellos de 1975 que muestran artículos de labranza del siglo XIX, el de 3
peniques muestra el sacador de papas, mientras que la cosecha aparece
en un valor
postal emitido en 1980 por el Centenario de la Real Asociación Papera
En
1988, un sello de una emisión de cuatro valores postales para correo ordinario
muestra una carreta tiradas por caballos,
que llevaba barriles cargados de
papas.
En
1989 se emitieron seis sellos que muestras vehículos clásicos. El de 30 peniques
presenta al Ford modelo T de 1926 utilizado en la cosecha de papas. Y en el año
2001 incluyeron a la papa en un sello de 26 peniques, en la emisión de cinco
valores postales que muestran diferentes productos agrícolas.
Así,
mientras continuamos buscando otros sellos relacionados con nuestra amiga la
papa, trataremos de encontrar algunas recetas para hacer el tambor de papa, el
chuño puti – forma de cocinar la papa deshidratada en las alturas bolivianas-,
la papa rellena, y, ¿por qué no?, la mayonesa de papa que tanto hemos usado por
acá.
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