Cubierta enviada a Bogotá, Colombia, como parte de la prueba y devuelta al remitente |
Por: Juan A.
Hernández, Premio Nacional de Filatelia 2012.
Hay un viejo dicho popular que expresa que “la
oportunidad la pintan calva” y en ese sentido la
Pan American, aerolínea estadounidense más
exitosa en nuestra área geográfica en la primera mitad del siglo XX, aprovechó
una buena oportunidad que le diera el correo de Estados Unidos para hacer una
buena promoción.
Resulta que
antes del primero de noviembre de 1946 la tarifa para correo aéreo desde los
Estados Unidos a cualquier país al sur de México variaba entre 25 y 40 centavos
por cada media onza, en dependencia del país de destino.
Ese día las autoridades
postales estadounidenses redujeron dicha tarifa para todos los puntos del hemisferio
occidental con excepción de Canadá, México y Cuba (que anteriormente habían
sido reducidas) a 10 centavos por cada media onza.
Esa fue la
oportunidad aprovechada por la Pan American
para hacer su promoción, ya que una semana antes se había anunciado el
acontecimiento a través de boletines de prensa y se convocaba al pueblo a que
probara la rapidez y eficiencia del nuevo y más barato servicio aéreo que se
desarrollaba en cooperación con la Pan American.
Los
coleccionistas y otras personas interesadas fueron invitados a enviar cubiertas
a las oficinas de Pan American en 28 países latinoamericanos y caribeños
utilizando la nueva tarifa de 10 centavos que comenzaba el primero de noviembre
de 1946.
Los
funcionarios de la aerolínea reflejarían la fecha de recibidas dichas
cubiertas, le pondrían el franqueo del país en cuestión pagado por la
aerolínea, marcarían cada cubierta con la frase “Devolver al Destinatario” y
depositarían las mismas en las oficinas postales locales para ser enviadas a
los Estados Unidos.
Como es
lógico, la oficina central de la
Pan American en Nueva York envió cubiertas a sus propias
oficinas.
Esto
permitiría a los coleccionistas hacerse de buenos documentos que eran una
prueba del rápido desarrollo del transporte aéreo comercial en la postguerra en
nuestra área, aunque hubo algunas quejas porque las autoridades postales no
dieron mucha divulgación de antemano a este acontecimiento.
Un
colega estadounidense me hizo llegar 25 de estas cubiertas enviadas por la
oficina central de Pan American a sus representaciones en países
latinoamericanos y caribeños, así como algunas hechas por privados.
Esto
confirma la prueba en Antigua, Antillas Holandesa, República Dominicana,
Jamaica, Santa Lucia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Argentina,
Bolivia, Guyana Británica, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Surinam,
Uruguay y Venezuela.
También
se incluyeron a Cuba y México, a pesar de lo antes planteado sobre la rebaja de
la tarifa para esos países y a Puerto Rico, Islas Vírgenes Americanas y Balboa
en la Zona del
Canal de Panamá.
Puerto
Rico e Islas Vírgenes, prácticamente colonias de Estados Unidos y Balboa bajo
control estadounidense en cuanto al correo y otros asuntos se refiere. Por esa
razón, las cubiertas a estos tres lugares llevan sellos estadounidenses en la
devolución de las cubiertas.
Algunas
fuentes señalan la existencia de cubiertas enviadas a Guadalupe, Haití,
Martinica, Trinidad, Guatemala, Honduras y Brasil.
Interesante
¿verdad? Esas son las experiencias placenteras que nos ofrece la filatelia.
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