Por: Juan Hernández Machado,
Premio Nacional de Filatelia 2012
La historia del
correo está llena de servicios especiales interesantes, además de útiles, en
cada época histórica que analicemos. Cuando los mismos van acompañados por
sellos postales para su funcionamiento, la historia se enriquece.
Tal es el caso del
Seguro Marino instaurado por Holanda en la década del 20 del siglo pasado y los
llamados sellos “de las cajas flotantes” que lo acompañaron.
Este fue, tal vez,
uno de los experimentos postales más extraños de su época y consistía en ubicar
una caja de seguridad flotante en el puente de los vapores correo; cada caja
iba asegurara por cuatro piezas curvas de metal, las cuales se mantenían firme
sobre el agua o hasta una profundidad de 10 metros bajo agua.
Después de dicha
profundidad las piezas se soltaban y liberaban a la caja, la cual flotaba.
Estas iban acompañadas de doce cohetes que se disparaban a intervalos de una
hora, los cuales producían una luz brillante que se mantenía por un minuto, a
intervalos de tres minutos, y el sonido de un cuerno durante un minuto, a
intervalos de ocho minutos.
Todo lo anterior era
regulado por un mecanismo de reloj y tenía la intención de llamar la atención a
rescatistas cercanos.
En caso de producirse
un incendio en el buque, las cajas podían resistir temperaturas de hasta 1,700
grados Celsius y resistir la presión de 10 atmósferas.
Las cajas contaban
con dos cerrojos ordinarios y un tercero de seguridad. Si no era suficiente al
gusto de los clientes, se podía introducir en las mismas un contenedor de
seguridad, con un cerrojo adicional, para guardar documentos secretos o
valiosos.
Aunque el invento,
idea del holandés C. van Blaaderen desde 1914, no recibió buena acogida de
inicio, fue puesta en práctica por la compañía naviera Holanda, el 2 de febrero de 1921, para sus viajes entre Holanda y
las Antillas Holandesas.
El costo era de 15
centavos cada 20 gramos para cartas certificadas, ordinarias, cajas o paquetes,
además del franqueo normal de la correspondencia según su clase. Los beneficios
del servicio especial fueron compartidos por la compañía del Sr. Blaaderen, por
la línea naviera y por el correo holandés.
El servicio holandés
de correos hizo una emisión especial de tres sellos para este servicio de
correo, el 2 de febrero de 1921, los cuales eran sin marca de agua, tenían una
perforación de 11 ½ y fueron conocidos como los sellos del seguro marítimo.
El primero, que da
inicio a este artículo era por valor de 15 centavos y muestra a gaviotas
sobrevolando una de estas cajas flotantes.El segundo, por un
valor de 1.50 guilder representa los servicios de señales de la caja en un mar
bravío.
El tercero, por un
valor de 4.50 guilder, muestra una alegoría del león holandés emblasonado en
una caja flotante.
Otro elemento de
interés en esta emisión es que los gastos iniciales de producción de la misma
fueron asumidos por la compañía del Sr. Blaaderen y no por correos de Holanda,
como debiera haber sido.
Los sellos estuvieron
a la venta tanto en Holanda como en Antillas Holandesas para el viaje de
regreso. Aquellos impuestos sobre cubiertas (sobres circulados) son bastante
raros.
Este servicio fue
terminado alrededor de 1925. Interesante, ¿verdad?
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