Por: Juan Hernández Machado, Premio
Nacional de Filatelia 2012
En
este mundo moderno pleno de fibras sintéticas para la producción de textiles,
¿cuántos nos hemos preocupados por saber
qué sucede con el algodón? Pero el mismo sigue existiendo, muchos artículos se
fabrican con sus fibras y la filatelia mundial también lo recoge entre bellos
ejemplares de sellos y de elementos postales.
El
algodón es la más importante de las
fibras vegetales y uno de los materiales textiles más baratos. Ya se cultivaba
y utilizaba en la India
mucho antes de la era cristiana. Una buena cantidad de los países que lo
cultivan y lo consumen han reflejado en sus emisiones postales tanto el proceso
de cultivo como el industrial.
El
algodón pertenece al género Gossypium, el cual tiene cuatro especies
reconocidas. Este puede ser herbáceo, en forma de arbusto o de árbol y
naturalmente es de todo el tiempo, pero por razones de conveniencia el cultivo
se realiza mediante campañas anuales.
Dos
de sus cuatro especies comúnmente reconocidas, la Gossypium Arboreum
y la Gossypium Herbaceum,
constituyen las llamadas asiáticas o del viejo mundo y fueron las que se
expandieron desde la India
a muchas partes del mundo oriental.
La
mezcla entre ellas y especies silvestres americanas llegaron a conformar las
dos especies atribuidas al llamado nuevo mundo, la Gossypium Hirsutum
y la Gossypium Barbadense,
que ahora se encuentran expandidas por grandes partes del globo terráqueo.
La
especie Hirsutum parece haber tenido sus orígenes en el sur de México y
Guatemala, expandiéndose hacia el norte, lo que hoy son los Estados Unidos,
hacia el siglo XVII.
Es la especie
conocida comercialmente como Orleáns que
crece en el cinturón algodonero estadounidense y se cultiva en más de una veintena
de países, desde Argentina hasta China. Argentina incluyó esta especie en 1936
en uno de los 34 sellos postales de su emisión permanente sobre rubros
económicos y exportables
del país.
Mientras, la
especie Barbadense parece ajustarse mejor al cultivo en islas. Se extiende por
varias de las que en un tiempo fueron llamadas las Indias Occidentales, las
plantas tienen flores amarillas y el algodón es sedoso, muy blanco y se
desprende fácil de las semillas.
Una
variedad de esa especie fue la que
encontraron los españoles cuando llegaron al Perú en 1522, se encontraba
también en Brasil y se plantea que las grandes plantaciones existentes en
Egipto y Sudán también proceden de esta especie.
A
pesar del adelanto de la ciencia y la técnica, buena parte del algodón en el
mundo aún se recoge a mano y aunque parezca atrasado, ese método garantiza la
selectividad que no se puede ofrecer con la maquinaria.
La
importancia de esta industria, tanto su parte agrícola como la industrial y
hasta la investigativa, ha sido reflejada por muchos países en sus emisiones
postales.
Montserrat,
Argentina, Mozambique y Guinea Bissau presentan diversos valores postales con
la planta en diferentes etapas de crecimiento y sus flores, mientras que la
selección del algodón a mano se puede observar en emisiones postales de Costa
de Marfil, Bulgaria, Sudán, Egipto y Perú, por solo mencionar unos cuantos
países,
La
India emitió en el año 2002 este bello sello que muestra el Instituto sobre el
algodón, ubicado en Guwahati, mientras que el proceso industrial aparece en
diferentes emisiones, siendo una de las más logradas la de Costa de Marfil de
1968.
Pero
no intento agobiarlos con todos los sellos y elementos postales relacionados
con el algodón; ellos les ofrecen la oportunidad de investigar y profundizar en
las múltiples facetas de esta útil planta y lo que nos aporta. Atrévase y únase
a este maravilloso mundo del coleccionismo.
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