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Cuando era pequeño no podìamos mencionarlo, ahora es necesario para protegernos de las ITS |
Por: Juan Hernández Machado,
Premio Nacional de Filatelia 2012 y Presidente del Círculo Filatélico del Cerro
Armar una buena colección temática en estos días se ha
convertido en un serio dolor de cabeza para los filatelistas que prefieren este
tipo de colección. Y es que además de la variedad de sellos y documentos que se
deben conseguir, hay muchas ideas de los temas a desarrollar que se dificultan
mostrar por no existir, o existir con muy mala calidad en los materiales a
nuestra disposición. Principal razón de esto: el diseño postal.
Para pesar nuestro, de los coleccionistas y de quienes
admiran nuestras colecciones, todavía existe mucha repetición en el diseño de
sellos postales. Solo menciono un ejemplo: la foto que sacara Korda de nuestro
Guerrillero Heroico Che Guevara está, de una u otra forma, en muchos materiales
filatélicos; sin embargo, aún no podemos mostrar al Che como médico porque no
existe el material.
No obstante, hay diseños imaginativos que nos sacan de
más de un apuro y contribuyen a poder formar una colección con la diversidad y
el completamiento del tema que se requiere. Veamos algunos ejemplos.
No se puede negar que en una colección sobre
personalidades del Siglo XX o sobre la II Guerra Mundial no puede faltar
Winston Churchill. Ese dirigente británico aparece en disímiles sellos de
correos en sus funciones de dirección de la guerra y con su sempiterno tabaco,
no siendo frecuentes otros diseños que nos acerquen al hombre en su laberinto
personal que cada cual tiene.
Se conoce que cuando Churchill dimitió como Primer
Lord del Almirantazgo y en otros momentos difíciles de su vida se refugió en la
pintura para capear el temporal. Pues bien, gracias a esta emisión de Brunei
podemos admirar a Churchill en una de sus sesiones de pintura, en las cuales
prefería los paisajes impresionistas.
En una colección sobre inventores, este diseño de la
emisión de Antigua y Barbuda de 1992 nos muestra a Ts’ai Lun (Cai Lun),
Consejero del Emperador He de Han, que vivió en la corte de la dinastía Han
(según unas fuentes entre los años 77- 110 y según otras entre 50- 121) y que
en China es considerado como el inventor del papel, al perfeccionar las
técnicas de fabricación de un material muy parecido al actual y que se
diferenciaba grandemente de del papiro y el pergamino utilizado en épocas
anteriores.
Y qué decir de este sello de Botswana de 1978. Mucho
se habla de lo agreste de ese territorio y de su falta de agua. Pero aquí
aparece un nativo en territorio desértico, con un huevo de avestruz en una mano
y una pajilla en la otra, con la cual trata de sacar agua de una grieta en el
terreno para luego llenar el huevo y que le sirva como una especie de
cantimplora. No, no es parte de una película de ciencia ficción, sino que se
corresponde con la realidad de algunos pobladores de ese hermano país.
Arduo el trabajo para los coleccionistas de aves e
insectos pues existen muchos sellos sobre los mismos, pero gran parte
reproducen lo mismo: el ave o el insecto sin una vinculación real con su vida
(forma de reproducción, de alimentación, etc). Menos mal que siempre hay quien
facilite las cosas, como lo muestran estos dos ejemplos.
Burkina Faso, la antigua Alto Volta, en una emisión de
1981 nos muestra al cucarachón estercolero tratando de mover una bola de
estiércol, imagen muy conocida en documentales pero hasta donde conocemos es la
única que podemos encontrar en sellos de correos.
Ese mismo país, en 1996, nos muestra la forma cómo la
langosta africana desova en un agujero en el suelo. Como se conoce, esos
insectos producen solo una nueva generación cada año cuando la hembra pone los
huevos en el suelo o entre la vegetación. En una colección sobre insectos es
casi obligado incluir a este debido al gran daño que provoca a las plantaciones
por donde pasan en grupos de miles.
Como pueden apreciar, queridos amigos, cuando se
quiere se pueden lograr resultados artísticos, de calidad, que sean llamativos
y, al mismo tiempo, que sean útiles a los coleccionistas que en estos tiempos
de Internet y otros medios modernos de comunicaciones son quienes más obtienen
los productos clásicos de las administraciones postales.
Por eso los dejamos con el clásico policía de tránsito
que nos legaron los británicos y que encontramos en diferentes lugares donde
ellos fueron la potencia colonizadora, con el famoso crucigrama que tanto nos
gusta a muchos y con la máquina de escribir que en 1864 nos dejara el austriaco
Peter Mitterhofer.
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