miércoles, 28 de marzo de 2018

Los inuits y los sellos de correos



Por: Juan Hernández Machado, Premio Nacional de Filatelia 2012

Mientras que diariamente nos llegan noticias sobre los sufrimientos de muchos pueblos autóctonos en el mundo, hay uno que sobresale en nuestro continente por la tenacidad con la cual ha sobrevivido a las inclemencias naturales y llega a nuestros días con muchas formas propias de sus ancestros: los inuits

Lo  conocimos  hace muchos años como  “esquimal”,   término en otra lengua indígena, la algonquina, que podría significar “devorador de carne cruda”. Hoy ese término está en  desuso porque ha predominado la denominación original, “inuit”, que en ese idioma significa “el pueblo”.
Los inuits habitan en las regiones árticas de América, Groenlandia y Siberia. Se conoce que hace miles de años ocuparon el noreste asiático y a través del estrecho de Bering se asentaron en el norte del continente americano.
Unos 100 mil inuits habitaban las tundras del norte de Canadá, Alaska y Groenlandia. Al inicio desarrollaban una vida nómada que dependía de las migraciones de los caribúes, osos, ballenas y focas, como sustento fundamental.
Hoy, debido a la transculturación y aunque siguen practicando algunas de sus costumbres, como la caza de focas, están organizados en familias y aunque han asimilado bastante las costumbres occidentales, mantienen muchos elementos culturales originales.

La filatelia canadiense los había incluido, sin hacer mención directa a su existencia como pueblo, en 1955, cuando emitió un sello de carácter permanente, carmelita- violeta, por valor de 10 centavos, para correo ordinario y donde se presentaba a un esquimal en un kayak, embarcación típica.


Pero ese pueblo llevó a cabo un serio proceso de reivindicación territorial en Canadá, el cual hizo posible que el 1  de abril de 1999 se aceptara la creación de Nunavut, el territorio donde ellos habitan en la zona ártica de Quebec, como su patria.
Este proceso hasta lograr su reconocimiento oficial como pueblo influyó en las autoridades postales canadienses, quienes incluyeron los valores del pueblo inuit  en varias emisiones postales a partir de 1977.

La primera fue emitida ese año y consiste en cuatro sellos por valor de 12 centavos cada uno e impresos en setenant, los cuales presentan diferentes aspectos de la cultura de subsistencia de los inuits.
El primero muestra una escultura inuit sobre la pesca de la foca; el segundo expone la pesca con lanza en un grabado sobre piel; el tercero, una pieza de la artista inuit Lyda Pitsiulak, presenta la caza del caribú, y el cuarto nos brinda detalles de la caza de la morsa.
Recordemos que se conoce como emisión en setenant cuando dos o varios sellos, diferentes en su grabado, valor y hasta color, se imprimen unidos formando un conjunto armónico. De desprenderse, cada sello conservaría su valor postal aunque disminuiría su valor filatélico.

En 1978 sale una emisión titulada “Viaje a casa de los Inuits”, también de cuatro valores pero esta vez de 14 centavos cada uno. Igualmente fue impresa en setenant.
Estos muestran un diseño de Pitseolak, que presenta a una mujer comerciante; una talla de marfil de Abraham Kingmeatook con perros; la migración inuit y un avión grabado sobre piel.
Al año siguiente sale la emisión “Los Inuits, la comunidad”, de cuatro valores de 17 centavos cada uno, impresa en setenant, los cuales muestran respectivamente: la tienda del otoño, el iglú, la danza y a dos figuras en un tambor, una pequeña y una grande.
Cierran estas emisiones conmemorativas especiales con la de 1980, llamada “Los Inuits, lo sobrenatural”, también de cuatro valores, dos de 17 centavos y dos de 35 centavos, impresos en setenant por parejas.
Los de 17 centavos muestran respectivamente a una escultura de Sedna, diosa legendaria del pueblo inuit, hecha por Shoona Kiawak y una estampa del artista Kenojowak, que señala el regreso del sol.
Mientras, en los de 35 se pueden apreciar el espíritu del ave, en escultura hecha por la artista inuit Doris Hagiolok y la estampa “El chamán”, de Simón Tookoone.
Canadá hizo en 1993 una emisión de cuatro sellos postales por valor de 43 centavos cada uno, la cual dedicó a mujeres famosas de ese país y uno de ellos presenta a la artista inuit Pitseolak Ashoona.
Fueron incluidos los inuits en el año 2000 en la emisión de cuatro valores postales de 46 centavos cada uno, titulada “Pueblos autóctonos de Canadá”, que consta de una hojita filatélica.
Uno de esos valores muestra a un Chamán de los inuits en 1748.
Recordemos que en las comunidades cazadoras y recolectoras, el chamán era un exponente de la sabiduría y entre sus funciones estaba comunicarse con los espíritus para enmendar los errores de su comunidad.
Es muy interesante que uno de nuestros pueblos autóctonos, sin abstraerse de la realidad de más de 500 años de influencia foránea, haya podido encontrar su lugar particular donde perpetuar los valores de su cultura tradicional.
Agradecemos a la administración postal canadiense el facilitarnos a los coleccionistas todas estas emisiones donde se muestran los valores de ese combativo y simbólico pueblo americano, conocer su sabiduría y a la vez acompañarlo en sus viviendas tradicionales y en sus labores diarias, esta vez sin tener que compartir las inclemencias del tiempo en las cuales ellos se desarrollan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario